martes, 25 de enero de 2011

Entre almohadas y piezas de ajedrez

Mi nombre es Marqo Adrián, nombre que eligió mi mamá antes de quedar embarazada por un sobresalto emocional que la marcó de por vida, y soy estudiante de Periodismo.
     Soy de los que usan cordones de colores, camisetas y pantalones desentonantes, me pinto el cabello, las uñas y los ojos y soy de los que toman café en la cena. Lloro leyendo novelas de fantasía y cuando conozco algún lugar que haya leído en alguna de mis novelas históricas favoritas. Soy de esos que ven una película más de 20 veces y siempre se sorprenden, de los que tienen un orden de cobijas específico y duermen con 8 almohadas.
     Nací en una familia donde aprender a jugar ajedrez es más importante, y se aprende antes, que andar en bicicleta, donde no haber vivido en el exilio es ser parte de una minoría y donde las discusiones políticas son más habituales que los desayunos.
     Me inspira más una carcajada sincera que un verso forzado y me conmueve más el hambre ajena que la muerte.
     Creo firmemente en que cada uno vive por sí mismo, que cada uno es el único responsable de su felicidad y creo valiosísima la capacidad individual de elegir desde lo más pequeño, como el sabor de un confite, hasta lo más trascendental, como los amigos.